Escritura

Las etapas de la escritura: la frustración

Un sinfín de etapas

Cómo escritor, uno pasa por un sinfín de etapas, y se necesita valentía y determinación para superar los obstáculos que suponen la mayoría de ellas. Para mí, esas fueron las principales etapas que atravesé al escribir mi primera novela “el secreto del niño” :

1) Exaltación
2) Cansancio
3) Frustración
4) Abandono
5) Reconciliación
6) Consistencia
7) Exaltación
8) Frustración

Hoy les contaré acerca de la tercera, la etapa de la frustración…

Después de tomar la decisión de escribir mi primera novela, me sentí invadido por un potente sentimiento. Una increíble exaltación se apoderó de mi mente ! Por fin no era más que una cuestión de tiempo para que pueda cumplir mi sueño de tener en las manos un libro de verdad con mi nombre en la cobertura.

Desgraciadamente, no duró mucho.

Pasados los primeros momentos, la planificación y la escritura de las primeras páginas, llegó el momento de la verdad. Vino… el cansancio !

En ese momento, tomó mucha importancia el hecho de tener una rutina bien marcada. También tomó relevancia el hecho de haber practicado muchos deportes en mi juventud. Uno aprende que hay días “con” y días “sin”. Y que, cual sea el tipo de día que toca, no hay otra opción que la de jugar, sea un entrenamiento o un partido. Uno tiene que aprender a mitigar los días “sin”.

Poco a poco, logré terminar los primeros capítulos, a la par de revisar la trama para darle más profundidad. Es cuando más me nutrí de diversos blogs de escritura como Sinjania Formación para Escritores o Clara Tiscar por ejemplo. Me ayudaron un montón ! Desde algo tan básico (pero no tan simple) como la correcta utilización de la puntuación en los diálogos hasta la elaboración de fichas de personajes detalladas y de arcos dramáticos cautivadores.

Un objetivo demasiado ambicioso

Sin embargo, algo andaba mal.

Para asegurar un progreso sostenido (puedes ver porque es tan importante en la entrada 900 horas son muchas horas), me había fijado un objetivo de palabras diarias que me esforzaba en cumplir cada noche. Desgraciadamente, fue rellenando página tras página de texto sin importancia para la trama.

Entonces, empecé a dudar de la calidad de la obra. Y, más que todo, de su ritmo.

Los últimos capítulos ya no me hacían tanto sentido, pero me costaba muchísimo botarlos a la basura (representaban horas de horas de trabajo). Intenté “arreglarlos”, pero sin éxito. Finalmente, terminé borrándolos. Sin embargo, todo ese proceso me generó mucha frustración. Con el proceso de escritura, con la novela en curso… y conmigo mismo ! Mi obra entró en coma…