Esto fue lo más raro que me ha pasado !
Cuando Barbara me empujó a escribir, no me pareció una buena idea.
Para nada.
Me gustaba escribir, esto sí, sobre cualquier cosa y en cualquier momento. Pero, sobre una sola cosa y de manera constante como requiere escribir una novela, esto no.
Sin embargo, me senté frente a la computadora y empecé a escribir una primera frase (ver “no tenía nada“) …
Y luego otra.
Al inicio, me pareció una obviedad escribir en francés, el idioma de mi infancia, de mi adolescencia, y de mis primeros años como adulto. El idioma de las centenas de libros que leí a lo largo de mi vida.
Pero después de media hora intentando redactar de una forma más o menos elegante las primeras frases, ya no era tan obvio.
Y es cuando decidí escribir en español
Si bien el francés es un idioma hermoso, rico, apropiado para transmitir emociones con finesa y profundidad, el castellano es el idioma que elegí. El que hice mío. Con quien me casé y no con quien nací.
Así que, al final, no fue tan raro. Más bien fue natural ! Mi primera novela tenía que ser en castellano.
Y así fue !