Cómo escritor, uno pasa por un sinfín de etapas !
Y se necesita valentía y determinación para superar los obstáculos que suponen la mayoría de ellas. Para mí, esas fueron las principales etapas que atravesé al escribir mi primera novela “el secreto del niño” :
1) Exaltación
2) Cansancio
3) Frustración
4) Abandono
5) Reconciliación
6) Consistencia
7) Exaltación
8) Frustración
Hoy les contaré acerca de la cuarta, la etapa del abandono…
Después de tomar la decisión de escribir mi primera novela, me sentí invadido por un potente sentimiento. Una increíble exaltación se apoderó de mi mente ! Por fin no era más que una cuestión de tiempo para que pueda cumplir mi sueño de tener en las manos un libro de verdad con mi nombre en la cobertura.
Desgraciadamente, no duró mucho.
Pasados los primeros momentos, la planificación y la escritura de las primeras páginas, llegó el momento de la verdad. Vino… el cansancio !
En ese momento, tomó mucha importancia el hecho de tener una rutina bien marcada. Y poco a poco, logré terminar los primeros capítulos. Sin embargo, algo andaba mal y empecé a dudar de la calidad de la obra, los últimos capítulos ya no me hacían tanto sentido. Intenté “arreglarlos”, pero sin éxito y, finalmente, terminé borrándolos. Todo ese proceso me generó mucha frustración.
Y lo que tenía que ocurrir… ocurrió ! Abandoné.
Ya no quería saber nada acerca de mi novela. No me importaba entrar al club de los escritores con obra inconclusa. Sería mi octava sinfonía.
Pasaron unas semanas y una mudanza (a Europa) y, poco a poco, sentí la energía (y la tranquilidad) suficiente para retomarla. Pero sabía que necesitaba un tratamiento de choque para revivirla.
Felizmente, encontré una solución : volver a los principios básicos (el famoso “back to basics” inglés). Compré el acceso a un gran contenido de cursos de escritura y empecé a retrabajar el arco dramático de los personajes principales, su psicología y, a raíz de eso, la trama misma (es cuando el sacerdote pasó de ser un personaje segundario a principal por ejemplo).
Me ha tomado semanas. Mi obra seguía en cuidados intensivos, pero su vida ya no corría peligro… Sí, se necesita valentía y determinación para ser escritor !