Escritura Novela

Soy un escritor arquitecto

Con trabajo previo, ma non troppo

Dependiendo del estilo, hay varias modalidades en cuanto al proceso de escritura.

Algunos autores tienen una idea base y se ponen a escribir casi sin preparación. Dejan que su imaginación les lleve hacia el destino, la famosa palabra “fin”. Entonces, sus libros se van construyendo, o más bien escribiendo, sin ningún camino preestablecido. Sin ninguna preparación especial. Son los que el autor George R. R. Martin llama los escritores jardineros.

Otros pasan diez años planificando el libro antes de escribir la primera palabra. Tienen la historia pensada hasta en lo más mínimo detalle, una ficha kilométrica para cada personaje y un estudio de cien páginas sobre cada lugar o hecho histórico. Son los escritores arquitectos.

Para mi primer libro, elegí una tercera vía, con moderación (como la gran mayoría de los escritores en realidad).

Con trabajo previo, ma non troppo.

Quería un libro diferente

Aunque, de estudio sobre lugares y hechos históricos, de todas maneras, no necesitaba cien páginas ya que … mi libro no ocurre en ningún país específico, ni a lo largo de ningún periodo específico (aunque esto sí, no anterior al sigo XX) !

Wait, what ? Lo que, con ayuda de Google, se podría traducir por “espera, qué ?”

Así es. Desde el inicio, quería un libro diferente ! Así que, amigo(a) lector(a), o amigo(a) no lector(a), nunca sabrás el nombre de los personajes, el nombre de las ciudades (ni siquiera del país), ni en qué año ocurre la historia.

Además, solamente sabrás lo que sabe el héroe. Si no lo ha vivido él, si no lo recuerda o nadie se lo dicho, pues cómo no lo sabrá él, no lo sabrás tú tampoco.

Así que hay muchas cosas que tendrás que suponer. Y por lo tanto … cada uno de los lectores tendrá su versión de la historia. Y es chévere, porque así no habré escrito un primer libro, si no miles. O decenas por lo menos.

Pero, sí, en cuanto a la planificación de la historia misma, creo que me preparé bastante bien. Después de las primeras páginas, cuando me había comprobado a mí mismo que sí podía escribir, me senté … y pensé.

Mucho.

Muuucho !

Al final creo que tengo más de arquitecto que de jardinero !