Es inevitable y totalmente comprensible la pregunta “y de qué trata tu libro ?”
Cuando me encontraba todavía en los primeros pasos del proceso de escritura, mi respuesta era invariablemente :
“Se trata de un hombre que muere”.
No creo que exista peor respuesta y, sin embargo, era la mejor que podía ofrecer en aquel momento…
“Porque no te has esforzado nunca en encontrar una mejor”, replicaban entonces habitualmente las personas con las cuales compartía mi espinoso problema.
Y tenían razón ! (dammit)
Aunque no toda la razón … (insolentes que son)
Porque hablar de una novela sin desvelar demasiado de ella es un poco más complejo de lo que parece. (obviamente)
Quién quiere leer el mismo libro por vigésima vez ?
Pues si comparto demasiado pocos detalles, jamás lograré enganchar a un futuro lector (y siendo mi primera novela, cada potencial lector cuenta). Porque, sin lo suficiente detalles, a lo mejor la trama podría ser la de cien mil otros libros.
Y quién quiere leer el mismo libro por vigésima vez ? Nadie.
Pintaría aburridísima, indefinida, sin una trama cautivadora, sin suspenso. Y allí terminaría la historia. Antes de haber siquiera empezado (lágrimas mías).
Del otro lado, bajo la presión de tantos futuros lectores ansiosos por conocer a profundidad de qué trata realmente el libro, comparto todos los detalles… y ya nadie quiere leer el libro completo. Porque todos saben ahora lo que va a ocurrir a lo largo de las centenas de páginas que me maté en escribir.
Quién quiere leer el mismo libro por segunda vez ?
Y quién quiere leer el mismo libro por segunda vez ? Algunas personas, pero no muchas. Lo cierto que ya es mejor que “nadie”.
Ahora, con la respuesta “se trata de un hombre que muere”, estoy definitivamente en una liga aparte !
No tuve otra, tuve que esforzarme un poco más…